domingo, 12 de abril de 2009

EL AGUA DEL GANGES

- Maestro - dijo un discípulo -, enseñas que Dios está en el interior de cada uno de nosotros, pero ¿Cómo puede la divinidad, tan vasta como es, caber dentro de nosotros?
- Ve hasta el Ganges y traeme un litro de agua- le respondió el maestro al discípulo.
Cuándo éste hubo traído el agua, el maestro quedó asombrado:
- ¡Pero si ésta no es agua del Ganges!...
- Por supuesto que sí, la he sacado yo mismo del río- exclamó el discípulo.
- Pero, ¿dónde están las tortugas, los peces, las gentes que en él se bañan, las embarcaciones, los cadáveres que arrastra y los monjes que hacen sus abluciones en él? Yo no veo nada de todo esto en ella. ¡No puede tratarse del agua en cuestión! ¡Corre a arrojarla al Ganges!
Cuándo el discípulo regresó, el maestro le dijo:
- Ahora, tu litro de agua, mezclado con el agua del río contiene tortugas, peces y todo cuánto le faltaba antes. Esa sí que es agua del Ganges.

Somos ricos, infinitamente ricos, pero a un determinado nivel de conciencia, no vemos más que el litro de agua y no la inmensidad del río. Cuándo estamos vinculados a la inmensidad, somos ricos de todo aquello que contiene.
Vinculado al mundo avanzo con él. Tengo la fuerza. Lo poseo todo. Separado del mundo, nada tengo.

Alejandro Jodorowski. La Sabiduría de los Cuentos. Ediciones Obelisco.

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